Julio Lorente

Sombra Cíclica / 42cm x 40cm /  óleo/lienzo / 2022

Un hálito maligno condensa la atmósfera cubana. Sea cierta o no la anécdota de Machado y su brujería en la ceiba del Parque Central, la tierra cubana está maldita. Esta obra de Julio Lorente es reflejo de una sensación nauseabunda. 

Cuba vive con vitalidad de taxidermista, esa que hace brillar la piel muerta. 

Tragedias suceden en todas partes, pero aquí adquiere el amargo sabor de designio, de fatalidad merecida. Mucho odio, mucha arrogancia como premisa de supuestas verdades. 

La delgada piel ideológica se estira sobre los huesos de la nación. Todo se descompone en Cuba. 

Obra a la memoria de Antonia Eiriz y Francis Bacon.